Los valientes que lo hicieron, y algunos hasta resistieron una larga espera haciendo fila, pudieron observar la superluna desde el reflector de Alberto, o desde el altazimutal anti-cierzo de Guy, o desde el telescopio o los superprismáticos de Manolo... y los más afortunados hasta pudieron aprender con unos prismáticos sencillos de la mano de nuestro otro Alberto ;-).
Y como una imagen vale más que mil palabras, aquí van las fotos: