Por una parte, despues de presentar dura batalla al enemigo desde nuestras "trincheras" en el camino de acceso (como esto pero en plan Desierto de los Monegros) y de incluso llegar hasta el observatorio un par de coches y una audaz aventurera, desistimos de arriesgarnos de permanecer en la explanada del observatorio de Manolo por miedo a la vuelta en plena alevosía y, sobre todo, nocturnidad... y nos volvimos antes del anochecer al parque de Monegrilo como antaño soliamos hacer.
Fue allí donde cenamos no estando el cielo para bromas y cargadito de nubes en ese primer momento. Pensamos que no podriamos abrir nuestros trastos de observación pero se despejó milagrosamente pudiéndose incluso ver la Vía Láctea y aprovechamos el poco tiempo que tuvimos hasta que el firmamento fue de nuevo tomado por las nubes.
Entre los coches y las farolas pudimos repasar un poco la esfera celeste: M31, M33, Doble Cúmulo de Perseo, Urano, la libélula, el indalo, y el bueno de Fluvi...
La verdad es que lo pasamos de lujo y no sólo durante la cena (acompañada de todo tipo de manjares incluyendo un simpático bizcocho casero por cortesía de nuestras maestras reposteras) sino también el ratico durante la observación ya que resultó muy agradable la improvisación.
***
Por otra parte, Manolo con cuatro intrépidos más consiguieron gracias al 4x4 llegar al observatorio y aprovecharon bien la noche antes de que las nubes empezaran a emborronar el cielo. El veterano telescopio de Manolo demostró su poderío con M13, M31, M32, Doble Cúmulo de Perseo, Dumbell y hasta con el Fluvi.
Los del par de coches y la audaz aventurera mientras se pensaban si se quedaban o si regresaban:
Cenando en el parque de Monegrillo:
La observación improvisada entre coches y farolas:
[¿No os parece encantadora esta última foto?]