En este artículo me gustaría rendir un pequeño homenaje a una de la numerosas mujeres que con su inteligencia y trabajo han aportado grandes logros a la astronomía y que ha sido injustamente olvidadas o muy poco reconocidas.
Mujeres de la talla de Hipatia de Alejandría, Carolina Herschel, María Mitchell, Annie Jump Cannon, ... Vera Rubin, primera persona en hablar de la materia oscura.
Aprovechando la efemérides que se ha celebrado este año, el pasado mes de julio, conocemos un poco mejor a Henrietta Swan Leavitt en el 150 aniversario de su nacimiento.
Nació en 1868 en Lancaster (Massachusetts) EE.UU. En el seno de una familia profundamente religiosa. Su padre era pastor protestante.
Estudió en el colegio Oberlin y después de diplomarse hizo un postgrado de 2 años de Astronomía en el Radcliffe College, la rama femenina de Harvard y en el año 1895 pasó a formar parte de su famoso grupo de "Calculadoras" bajo la supervisión del director del Observatorio E. Charles Pickering.
Henrietta fue la persona que facilitó la regla par medir las distancias en el Universo.
En 1904 estaba en su estudio comparando placas de la Pequeña Nube de Magallanes, pequeña galaxia que orbita alrededor de la nuestra, visible desde el hemisferio sur, cuando observó que algunas estrellas variaban de brillo de forma periódica, lo que conocemos como estrellas variables.
Posteriormente descubriría las Ceféidas que son un tipo de estrellas variables en las que las estrellas más brillantes tienen periodos más largos, estableciendo así una relación entre período y luminosidad, ya que cuanto mas brillaban, más lentamente pulsaban.
Con este descubrimiento abrió el camino para que años más tarde Ejnar Hertzsprung con otros métodos calculase la distancia, hasta entonces desconocida, a una Cefeida, unos 30.000 años luz, si bien erró el calculo porque la distancia correcta son 200.000 años luz.
El brillo aparente de una estrella depende de la distancia a la que se encuentra, cuanto más lejos está, su brillo es más débil y también depende de su luminosidad (la luz que emite por unidad de tiempo y área).
Observando el período de una Ceféida se puede saber su luminosidad y magnitud absoluta que si se compara con la magnitud aparente se puede obtener la distancia a esa cefeida.
Así pues, Henrietta fue quien abrió el camino que permitiría a Edwin Powell Hubble en 1925 cuando encontró una cefeida en la Nebulosa de Andrómeda calcular la distancia a ella y demostrar que era una galaxia situada fuera de nuestra Vía Láctea y defender así su teoría de un Universo en Expansión.
Henrietta fue una mujer sencilla, estudiosa y trabajadora de frágil salud y con una sordera que le acompañó desde edad temprana, si bien no fue impedimento para que desarrollara una enorme capacidad de trabajo y estudio. Siempre obedeció las ordenes de Pickering cuando la retiró de la investigación que era su gran pasión para que realizase trabajos más tediosos.
A pesar de su vida discreta, su trabajo no pasó desapercibido para el matemático sueco Gösta Mittag-Leffler quien le escribió para anunciarle su propósito de nominarla al premio Nobel, pero la carta llegó tarde, ya que había fallecido 5 años antes y el Nobel no se concede a título póstumo.
Henrietta ha dado su nombre a un pequeño asteroide del cinturón de asteroides y a un cráter lunar, aunque no podamos verlo desde la Tierra por estar situado en la cara oculta de la Luna.
Si bien no obtuvo reconocimiento en vida, al menos su nombre está escrito en el Universo.
ANA ROMÁN ESTELA
(AGRUPACIÓN ASTRONÓMICA ARAGONESA)