MUJERES ESTELARES

CAROLINA HERSCHEL

(El Patito feo que se convirtió en Cisne)

En las noches estivales disfrutamos mirando una de las constelaciones que forma parte, junto a las del Águila y la Lira del famoso triángulo de verano y a su vez es una de las pocas en la que sí podemos reconocer el animal con el que los clásicos la bautizaron: La constelación del Cisne.

Figuradamente hablando, podríamos decir que es en este bello animal en el que se transformó la protagonista de este artículo; con su callado trabajo y su humildad logró brillar con luz propia y hacerse un lugar en la historia de la astronomía.

Carolina Herschel (1750-1848) nació en Hanonver (Alemania) en el seno de una familia numerosa de 10 hermanos de los que sobrevivieron 6, nada extraño en esa época.

Su padre músico militar inculcó en su hijos el amor por la música, dos de ellos Jacob y Willian fueron también músicos militares que acompañaban a los soldados en las batallas.

Durante la infancia Carolina contrajo 2 enfermedades, el tifus y la viruela, que le dejaron graves secuelas, su corta estatura y una cara marcada; por ello su progenitores pensaron que fea y sin dote nunca se casaría. La madre, mucho más estricta que el padre, la sometía a severos castigos para doblegar su rebeldía. Por el contrario su padre le transmitió conocimientos de lectura, escritura y aritmética, siempre a escondidas de su esposa, quien la preparó para ser una ama de casa y servir a su hermanos.

Posteriormente su hermano William se trasladó a Inglaterra y una vez instalado en Bath volvió a Hanover para rescatarla de la tiranía materna, le dio formación musical y Carolina llegó a tener cierta fama como soprano interpretando cantatas de Haendel, si bien ella no quiso ampliar esta profesión para no estar lejos de su hermano.

En Londres William tuvo acceso a un libro de astronomía de Robert Smith, profesor de esta matería en Cambridge, que le cambió la vida, abandonó la música por la Astronomía.

Caroline siempre apoyo a su hermano tanto en las observaciones, anotando los datos que él le dictaba, realizaba cálculos algebraicos, medía estrellas dobles, determinaba sus posiciones… para que William pudiera dedicarse sólo a la observación; como en la construcción de telescopios, su hermano diseñaba los modelos y ella supervisaba y estaba al cargo de los trabajadores para su construcción.

William Herschell construyó decenas de ellos, cabe mencionar el que realizó por encargo del entonces ministro español, Manuel Godoy, (1 reflector de 60 cm. para el Real Observatorio de Madrid, destruido por tropas napoleónicas). En una ocasión buscando binarias en la constelación de Géminis, un objeto le llamo la atención, (su disco indicaba que no era un estrella), se trataba del planeta Urano. Ayudado por su hermana también descubrió algunas de los satélites de Saturno y las lunas Titania y Oberón de Urano. Logró alcanzar gran prestigio en el mundo de la astronomía hasta el punto de ser nombrado astrónomo real por el rey Jorge III, ostentó la dirección de la Royal Astronomical Society y por sus numerosos logros científicos obtuvo el título de Lord.

El poco tiempo que le quedaba libre lo aprovechaba para observar por su cuenta con los pequeños telescopios que le fabricaba su hermano a los que llamaban “barredores de cometas”.

De Carolina se dice que fue la primera mujer en avistar un cometa, sin embargo, es justo reconocer que tal mérito le corresponde a la alemana María Winkelmann, quien lo hizo en 1702. Carolina Herschell sí fue la segunda mujer en hacerlo, el día 1 de agosto de 1786 (entre las constelaciones de la Osa Mayor y Coma Berenice), es conocido como C/1786 P1-Herschel, y no sólo uno, fueron un total de 8 cometas y 3 nebulosas, además de otras importantes aportaciones por las que el rey Jorge le asignó una paga de 50 libras anuales, siendo eso sí, la primera mujer astrónoma que conseguía una remuneración económica por su trabajo.

Corrigió y amplió el catálogo estelar de Flamesteed, elaboró junto a su hermano un catálogo donde se recogían nebulosas, cúmulos, estrellas dobles y otros objetos celestes, este catálogo sirvió de base y fue ampliado por John Dreyer con 7.840 nuevos objetos para la confección de otro nuevo, el actual NGC (Nuevo Catálogo General), muchos de los objetos del hemisferio sur que aparecen en este catálogo fueron estudiados por otro de los Herschel, John, hijo de William.

Recibió numerosos honores en vida, nada frecuente dada su condición femenina, entre ellos: Medalla de oro y miembro honorario de la Royal Astronomical Society de Londres, miembro de la Real Academia Irlandesa, Medalla de Oro de las Ciencias recibida de manos del rey Federico Guillermo IV de Prusia y otra medalla concedida por el rey de Dinamarca.

Mujer de gran humildad, solía decir: "No soy nada, no he hecho nada; todo lo que soy, todo los que sé, se lo debo a mi hermano. Yo sólo soy la herramienta que el moldeó a su uso, un perrito bien entrenado habría hecho lo mismo".

Murió con 98 años, pocas mujeres han tenido tanto reconocimiento en vida.

Muestra de la pasión y entrega hacía las estrellas que la acompañaron toda su vida son la palabras que la propia Carolina dejo escritas para que figurasen en su epitafio:

"Los ojos de ella, en la gloria, están vueltos hacia los cielos estrellados".

En su funeral el féretro fue cubierto con palmas y seguido de un carruaje real, por orden de la princesa Sophia Matilda con la que compartió largos paseos y su afición por la astronomía.

El asteroide Lucretia, su segundo nombre, y Caroline un cráter lunar en Mare Imbrium, fueron así bautizados para honrar su memoria.

 

ANA ROMÁN ESTELA

(AGRUPACIÓN ASTRONÓMICA ARAGONESA)


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Zaragoza, Agrupación Astronómica Aragonesa